Esto se está alargando demasiado. Pensaba contar ahora detalladamente el contenido de las tres reuniones del jueves con la empresa. Las resumo. En ninguna de las tres reuniones se nos comunicó quiénes iban a seguir y quiénes debían marchar a casa. La empresa, por boca de Almudena Semur y Purificación Losada, pretendía, eso sí, que entre todos hiciéramos el periódico del jueves y el viernes. “El nuevo director, que va a ser Juan Carlos Girauta, se incorpora el lunes”, dijeron. El nuevo director se quiere quedar con seis o siete, seis o siete de la plantilla, dijeron, y formar un equipo de trece personas con el que hacer el nuevo Factual. “Este es un medio libre. Ni se compra ni se vende”, según reza su lema de ahora. La empresa se comprometió a devolver los 50 euros a los suscripctores, y aquí está la manera de reclamarlos. Bien. Nos reunimos dos veces por la mañana y no conseguimos que nos dijeran lo que habían decidido. “Pero el periódico hay que hacerlo”. Cristina Fallarás, la subdirectora, estuvo elegantísima e hizo una última concesión a la profesionalidad: el periódico, que yo no voy a dirigir, no sólo no va a querer hacerlo un equipo en el que no confiáis, es que si yo fuera la empresa tampoco querría que lo hicieran, dijo. “La información, antes que nada, tiene que ser fiable”, dijo, y la confianza se ha roto. Reconozco, sin embargo, que perdimos una grandísima oportunidad: deberíamos haber retransmitido el despido en directo, en F5, como un Twitter colectivo. Los lectores lo merecían. Nos pudo, sin embargo, las ganas de salir de allí y olvidar aquella situación cortijera: la mayoría de vosotros estais despedidos, pero todavía no os podemos decir quiénes. No me digan que no es extraordinario: os quedais seis o siete. Seis o siete. Pero el periódico hay que hacerlo. “Eso queda dicho”. Sólo entonces, cuando ya había renunciado a seguir, como también había hecho Iván Vila; entonces no sé por qué me salió aquello que dije y que Cristina Fallarás recogió en su blog. No tiene ninguna importancia, salvo que es cierto. Aunque lo que yo recuerdo que dije se acerca más a esto que días después me ha enviado entrecomillado una compañera:
«Yo no voy a abandonar mi puesto de trabajo y tampoco te voy a hacer un periódico. (…) Porque un periódico no es un chiste, que es lo que tú crees. Ni sabes lo que es un periódico ni sabes lo que es tu trabajo. (…) Que vengo callándome desde el primer día. No me tires de la lengua».
No había ninguna razón práctica para decirlo:ya había dicho que no pensaba seguir trabajando en Factual, y tampoco cobrar el paro dependía de que me fuera o de que me despidieran; no iba a cobrarlo de todas formas. En fin, fue sólo una manera de obligarlas a decidir y a hablar, aunque al final dije más cosas de las que tenía que haber dicho. Una manera como otra cualquiera y que, como las otras, fracasó: no soltaron prenda. Nos citaron, después de la segunda reunión, a las cuatro. Fuimos a comer al chino de la calle Mandri. De camino al chino llamé a Arcadi, que seguía en el Consejo de Administración de la empresa. Le dije lo que pasaba y que, de alguna forma, nos había abandonado. ¿Qué puedo hacer?, dijo. Nada. Creo que conté 22 en la mesa. Algunos, muy pocos, siguen hoy en Factual. Les deseo la suerte que cada uno necesite. Volvimos a las cuatro, y dieron las cinco; entró el nuevo director, se reunió con cinco de los redactores; quedaron cuatro y dieron las seis, y nos podían haber dado las diez. Nos fuimos de la redacción sin que nadie nos hubiera comunicado quién seguía y quién no. Sólo sabíamos quién no estaba en la pecera. El viernes por la mañana seguían ofreciendo, a mí por lo menos, colaboraciones por las esquinas, como quien vende peras arrancadas al olmo.
He contado lo que creo que podía interesar a los lectores y suscriptores de Factual y a los de ladoblehélice, donde llevo explicando mi trabajo desde hace dos años y medio. Ahora hay cosas apasionantes ahí afuera, como apasionante fue conocer a toda esa gente. Termino con tres párrafos que ha escrito uno de los comentaristas que ha pasado por aquí estos días.
Una de las virtudes que desde siempre le achaqué a Factual fue la mezcla de brutal honestidad con soberbia transparente. Factual hablaba de Factual con tanta suficiencia que era difícil no pensar que realmente esos chulos como ochos tenían motivos para tirarle besos al espejo.
Tanta, tanta suficiencia que se permitían el lujo de apuntarse como tantos todas y cada una de sus flaquezas. Nos dejaban entrar en las reuniones, donde predominaban esos dos acentos catalanes, uno tras unas gafas a punta de nariz, y otro debajo de una colisión de pelo rojo entre apocados periodistas de bullente vida interior; sacaban crónicas en las que no les importaba admitir que hacían fotos con un iPhone, o cómo emanaban perfume a novato en ruedas de prensa, unas planetarias y otras no; lucían su excentricidad como si estuvieran en la cola de un garito neoyorkino.
Escribían de fábula, todos ellos. Si en algún momento detecté algo parecido a una ideología detrás del proyecto, quizá tuviera que ver con eso: un respeto reverencial por las verdades que desatan las palabras bien empleadas.
Los hago míos, estos párrafos. Porque, ¿quién no quiere ser el rey de Nueva York?. Y se los dedico a mis compañeros: Me iría con vosotros al infierno. Volvería, de hecho.
Deduzco que el infierno es Factual. ¿volverías?, ¿volverían ellos?, ¿me he equivocado en mi deducción?
«Éste es un medio libre», dice el Factual de hoy.
Pero hay otro medio, la otra mitad, que ha desaparecido de los archivos.
«Aly Herscovitz» cuelga de la página de Arcadi. Ha sido lo mejor de Factual junto con «Última carta», que escribió con Sergio González Ausina. Espero que no se lo queden los enterradores.
Un saludo, periodista.
Para ser rigurosos, de todas las personas que estaban en la mesa del chino solamente una siguió trabajando a partir del día 1 y solamente una sigue trabajando hoy.
Para ser rigurosos, el anterior anonimo se ha colao, yo cuento al menos tres (no recuerdo si cuatro), eso si no solo de redaccion, aunque ya no tiene mayor importancia, suerte a todos
Buena crónica. Gracias.
Una semana después, AE sigue sin dar ninguna explicación. Ya sé que no le gusta la 5ª W, pero quedaría un poco menos con el culo al aire si diera alguna pista del porqué.
Aunque ya no sé si me interesa…
Daniel Tercero, debe ser el que sigue trabajando, también dirige Lavozdebarcelona. Y fue jefe de prensa de C’s. Conoce a las empresarias de Factual desde entonces.
Un aspecto criticable de todo este desenlace es, al parecer, la falta de rigor en las decisiones tomadas.
En primer lugar, se habla siempre de «la empresa», ¿quién es la empresa? ¿ha habido delegación de poderes? ¿ha actuado todo el mundo con los poderes que se le han atribuido?
Más que una empresa parece una república bananera.
Por otra parte los empleados tampoco habeis estado a la altura de las circunstancias.
El estatuto de los trabajadores en su artículo 20 dice:
20.1. El trabajador estará obligado a realizar el trabajo convenido bajo la dirección del empresario o persona en quien éste delegue.
2. En el cumplimiento de la obligación de trabajar asumida en el contrato, el trabajador debe al empresario la diligencia y la colaboración en el trabajo que marquen las disposiciones legales, los convenios colectivos y las órdenes o instrucciones adoptadas por aquél en el ejercicio regular de sus facultades de dirección y, en su defecto, por los usos y costumbres.
En cualquier caso, el trabajador y el empresario se someterán en sus prestaciones recíprocas a las exigencias de la buena fe.
3. El empresario podrá adoptar las medidas que estime más oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y deberes laborales, guardando en su adopción y aplicación la consideración debida a su dignidad humana y teniendo en cuenta la capacidad real de los trabajadores disminuidos, en su caso.
Por ello la postura de: “Yo no voy a abandonar mi puesto de trabajo y tampoco te voy a hacer un periódico…» no se sostiene contractualmente.
En fin, entre todos poca cultura empresarial y laboral.
Querido K. S.
A veces no basta con citar: hay que comparar lo que se cita con la situación a la que se aplica.
Precisamente porque la empresa no delegó en nadie (art. 20.1.) la dirección del periódico, yo me negué a hacerl0. Entenderá que en mi sueldo no entraran tales responsabilidades, ni en mis convicciones asumirlas cuando quien me paga no asume las suyas.
Cordialmente.
Vayamos por partes: Mi primer comentario ha sido para «la empresa», ¿quién era la empresa? Una empresa trabaja con delegación de poderes que se establece con documento notarial por acuerdo del Consejo (poderes notariales) ¿Quién los tenía?, ¿se acreditaron?
Si no hubo delegación de poderes, la capacidad de decisión y de dirección es del Consejo de Administración.
Si realmente esa era la situación las ordenes que recibisteis no eran legítimas si no venían directamente del Consejo, fuera el que fuera.
Dicho esto, y respecto a las responsabilidades las de un empleado por cuenta ajena (trabajador), salvo acuerdo especial, éstas quedan reflejadas en las correspondientes a su categoría profesional que aparece en su contrato y en el recibo de salario y cuya descripción debe estar o en el convenio de sector o en el convenio de empresa.
Seguramente-no conozco su contrato-no le corresponde hacer el periódico, todo el periódico, pero sí la parte que le corresponde.
La cuestión que debe analizarse para sacar conclusiones provechosas es: quién o quiénes no han cumplido su contrato y cuándo y cómo lo han vulnerado.
Con afecto y preocupación
Fue muy interesante mientras duró, siempre nos quedarán vuestros blogs.
Suerte.
Querido K.S.:
Mi contrato era de Redactor Jefe. Yo podía responder de mi sección, Crimen. Pero como sabrá, un periódico, también los digitales pero muy especialmente éste que tanto debe a los de papel, está perfectamente jerarquizado: en el contenido y en el funcionamiento de la redacción. Nada tiene que ver con la horizontalidad. Entre el Consejo de Administración y los Redactores Jefes no había, a esas horas, nadie. Ni se le esperaba.
Cordialmente.
Lo dicho, pues; si no había nadie como director ni como consejero delegado, ni se le esperaba, quien dirige el periódico es el Consejo de Administración, sea el que sea y esté donde esté.
La cuestión es ¿actuó el consejo?
P.D.
Releyendo lo escrito quizás la expresión más correcta hubiera sido: «“Yo no voy a abandonar mi puesto de trabajo y tampoco te voy a hacer un periódico hasta que la empresa establezca inequivocamente cuales son sus directrices y sus órdenes”
Muy fácil para un comentario ex-post, pero, en el calor de la bronca, com «la empresa» balbuceando excusas/instrucciones incoherentes, ¿cree ud. , Sr KS, que un periodista se va a acordar del Estatuto de los Trabajadores?
Lamentablemente creo que no, pero debería. Para la siguiente empresa ya lo sabrán.
Saludos y hasta otra
¡Pobre cucarachita!
Fue una droga mientras duró y ahora no hay ni una miserable metadona que llevarse a los ojos.
Ánimo y suerte.
#K.S. y respuestas.
Estoy con K.S., que no hace otra cosa que ir a la base. Llama precisamente la atención lo lejos que están algunos comentarios de estas consideraciones elementales. Creo que el post de la Sra. Fallarás diciendo explícitamente que traicionaron el encargo de la empresa es elocuente y mucho me temo que cualquier abogado sacaría jugo de él.
Por otra parte, y en eso tienen razón ladoblehélice y Grunenthal, cualquiera que se haya visto en situaciones parecidas sabe lo acaloradas que pueden ser.
Dos cosas más.
Una. #Grunenthal «¿cree usted…» Me parece llamativo hasta qué punto un periodista puede situarse al margen (¿por encima quizá?) de su realidad como trabajador por cuenta ajena. No puedo evita pensar en el término «alienación».
Dos. Las crónicas en general se han centrado en la retransmisión de la bronca y del acaloramiento. Nada de lo sustancial para el amigo K.S. y para mí. Lo dicho, falta el tuiteo del Consejo de Administración.
Por contraste estas informaciones:
http://www.paullop.es/2009/11/12/a-punto-de-nacer-el-nuevo-periodico-digital-de-arcadi-espada/
http://www.prnoticias.com/index.php/home/553/10051986
O este google:
http://www.quat.es/home.htm
http://cargos.axesor.es/cargo/Navas-Santos-Agustin/119519
Y por último K.S.: Al «master» que propusiste para las escuelas de negocio, me apunto. El Proyecto de empresa, supongo que lo podríamos presentar a un premio de literatura de ficción. Y nosotros ¡qué cosas no seguiremos viendo en esto del bisnes!
Un saludo a todos.
Epílogo:
La crisis de Factual tiene un final feliz.
Los inversores respiran tranquilos tras modificar el rumbo de un diario que no les gustaba.
A. Espada puede permitirse el lujo de abandonar la nave cuando le impiden dirigirla como había planeado.
Los periodistas de a bordo acaban encantados de haberse conocido, en lo singular y en lo plural.
Al público le devuelven el dinero.
A J. C. Girauta le cae del cielo la dirección de un diario.
Los agoreros de la prensa de pago en Internet están eufóricos.
Como decía el trompetista, what a wonderful world.
¡Chapeau!
señores periodistas:
¿cómo quieren que nos fiemos de lo que nos cuentan que pasó ayer en Pakistán, es un decir, cuando aún no han conseguido explicar lo que ocurrió en casa hace una semana?
Yo también, Braulio. A donde sea.
Gracias y beso.
Vestigación: Yo no estaría tan seguro, al menos en lo relativo a los periodistas.