Archivo mensual: octubre 2008

El desdoblamiento del Yo produce el Yo-Yo

Al parecer, José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo y ponente del auto que desautorizó el recurso de revisión de Ahmed Tommouhi el 30 de junio de 2000, es también un hombre personalmente afectado por haber tenido que tomar esa decisión. Por tres fuentes diferentes, muy diferentes, y muy autorizadas, me viene esta información. Según el ex fiscal jefe, por providencial ejemplo, se miró la causa con «un extraordinario interés en sacarle la punta y en resolver el asunto». Es, por decirlo banalmente, su espinita clavada.

Yo diría incluso, aunque esto todavía es sólo una hipótesis,  que en la entrevista que le hizo José Martí Gómez para El Magazine de La Vanguardia, el 21 de enero de 2007, al hablar de la sentencia que le había quitado el sueño, se refería precisamente a este caso:

[…]

Pregunta: ¿no le ha quitado el sueño ninguna sentencia?

Martín Pallín: – […] Yo diría que mi preocupación no ha sido tanto por imponer las penas excesivas que me exigía y exige la métrica penal, penas que siempre puedes pedir que se atenúen, sino por la sensación de haberme equivocado de autor.

P. -¿Error judicial?

M.P -Digamos que las circunstancias externas han provocado en mí la duda de si he condenado a alguien que tuvo la desgracia de estar en el lugar inoportuno en el momento inadecuado.

P. -Ya lo cantó Gato Pérez en un bolero […]  Por la noche, todos los gatos son pardos.

MP: Eso, más o menos.

P-¿Y qué poso queda tras la sensación de condenar a un inocente?

 M.P.: La esperanza de que el Tribunal Constitucional corregirá mi error. Recibiré la corrección con gran alegría porque siempre he sido partidario de una justicia que prime la libertad del culpable antes que la condena de un inocente.

Bien. Tanto es así que acepta comparecer ante el Parlament. El hombre ante el ágora. ¿Qué dijo del caso? Nada. Los comentarios de estupefacto y rb resumen esa nada. Y aquí está la nada transcrita al completo. Es antológico, por ejemplo, el párrafo en el que explica cómo el Supremo ha incorporado un caso de identificación en rueda a la jurisprudencia del recurso de revisión:

Y después, por ejemplo, hemos metido también un caso de error de identificación, lo cual es bastante peligroso, sobre todo si se trata de una identificación en rueda, porque yo las identificaciones en rueda me parecen… bueno, me ponen bastante nervioso, como elemento probatorio. Es algo que no me deja tranquilo, cuando hay que poner una sentencia en función de un reconocimiento en rueda. (acta de la comparecencia).

Vale, ahora sabemos que al señor Martín Pallín le ponen muy nervioso las ruedas de identificación. ¿Es eso todo lo que tenía que decir al respecto de la ecuación: ruedas de identificación-recurso de revisión-caso Tommouhi-Mounib? Por no hablar de los otros condenados por la cara que, al parecer, desconoce: Rafael Ricardi, o  Jorge Ortiz.

El Otro Gran Afectado por este caso, que lo ha vivido también con el corazón en un puño, es el Fiscal Mena. El hombre de los deseos fervientes y las convicciones profundas.  ¿Qué dijo, además de que en 43 años no había visto un caso igual, cuando pasó él también por su comparecencia el pasado 1 de julio? ¿A qué venía aquella propuesta suya, sobre la reforma de la segunda instancia? ¿Qué consecuencias podría tener en este caso? Contra todas las celebradas interpretaciones con las que la recibieron en los periódicos (El País, El Periódico de Cataluña), él mismo me lo aclaró hace diez días debajo del almez aquel donde nos vimos, en la terraza del Why Not: «Nada, nada, nada. En este caso, nada.»

El problema no es que haya un magistrado y un fiscal convencidos de la inocencia de un condenado, a los que la ley, aun siendo directamente responsables de esa condena, no les permite actuar en consecuencia.  Es peor, es esta perfecta falta de consecuencias con la que todavía se pavonean sobre el escenario, ese yoyeo irresponsable del corazón en un puño y el micrófono en el otro –para cantar la nada, corazón– lo que ha hecho insoluble este caso hasta la fecha, y los que vengan.

Si es verdad que la ley les impide actuar de acuerdo a sus certezas materiales, no sé a qué esperan para denunciar públicamente esa ley. Y si no es verdad que sus convicciones tienen una base material, no sé por qué siguen expresándolas públicamente. Con uno de los dos tipos de víctimas, al menos, convendría que fueran consecuentes.

Un narrador cualquiera

La última tarde que pasé en Barcelona, el viernes pasado, bajé a eso de las seis a la calle. Me había tomado el día libre para preparar un arroz con rape y langostinos en casa de Martín, y para ir a ver a unos amigos, pero ella estaba en cama, así que acabé saliendo a dar una vuelta. En Via Laietana, dudé entre la Barceloneta o el Eixample, subí. Lo peor de salir con una cierta melancolía, a despedirte, porque sientes que ahora sí cuando vuelvas será para otra cosa, serás otro y otros los que te reciban, lo peor, es que encima llueve. Gracias a dios, había agarrado por error el fino y delicado jersey negro de Rosaria, así que cuando quise ponérmelo, creyendo que me iba a morir de cursi, y descubrí que no era el mío, me cubrí de ridículo. Me compré una chaqueta. Luego terminé en La Central. Tampoco sé para qué. Ese día, creo, había alcanzado el punto de cocción: ni un párrafo, ni un libro más. No había nada que me interesara. Sólo quería volver pronto a casa para escribir. Acabé subiendo al primer piso. Y sobre un atril, una nueva edición (recuerdo que la portada es plateada y las letras rosa fucsia). La introducción era larga y la edición parecía argentina. No sé por qué empecé a leerlo, si porque el principio me resultó familiar (creo que hay un párrafo volcado directamente desde «Experiencia y Pobreza», si es que es ésa la traducción). El caso es que leí los tres o cuatro primeros epígrafes y lo dejé. Muchas de las ideas que intento llevar a la práctica deben de estar inspiradas en esa lectura, que no por casualidad, sino por orgullo, había olvidado. Por esnob. Esta semana lo he vuelto a leer y sigo sintiendo que me obliga. Creo que voy a cambiar el principio. Así que conste en acta bibliográfica. Lo he leído, a pesar de las faltas y algunas incoherencias, aquí: El Narrador, Walter Benjamin.

Deseos fervientes y convicciones profundas

Ei. Miércoles, 20:33. Estoy transcribiendo entera la entrevista con el señor Mena, y de esta frase suya:  

Y con toda certeza, mi deseo ferviente era responder a mi convicción profunda de que muy probablemente este señor era inocente.

entresaco esta otra posibilidad para titular: deseos fervientes y convicciones profundas.

A las 20:37 ya no me gusta tanto.

Hasta el lunes.

Martín Pallín hablará hoy sobre Tommouhi en el Parlament

A partir de las 12:30 de hoy, José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo, y Mercedes García Arán, catedrática de derecho penal de la Universidad Autónoma de Barcelona, comparecerán ante la Comisión de Peticiones del Parlamento de Cataluña para hablar sobre el caso de Ahmed Tommouhi. Martín Pallín fue ponente de la sentencia que denegó el recurso de revisión presentado por la defensa de Tommouhi en 2000. La comparecencia puede seguirse en directo a través del canal web 1 del Parlament.

Insisto (o segunda entrega sobre las pretensiones del ex Fiscal Jefe Mena)

Voy deprisa porque tengo que escribir. De la historia con el ex fiscal jefe, me sorpreden sobre todo alguna de las reacciones que, sin publicidad, me van llegando : «qué cinismo», o «esto funciona así, qué le vamos a hacer», como si no quedara del todo claro lo que ha pasado. Hay también quien no acabó de entenderlo. Admito que esto último deba correr de mi cuenta, porque quizá no era del todo clara la explicación de la entradilla del jueves

Sobre lo primero, sin embargo, no hay lugar para refinamientos: el señor Mena no estaba actuando cínicamente (en cuanto las formas, al menos) ni la demostración de quién de los dos decía la verdad –si él o yo– quedará para siempre incompleta. No. Ésta es la portada del segundo informe y ésta la comunicación escrita que le reclamaba, por segunda vez, ese segundo informe. Y está, además, esta respuesta del señor Mena, que desmonta de paso el lema de su escudo: «yo no me carteo con las defensas», dijo. 

Y sé que el link a esa portada no es una prueba definitiva, puesto que no aparece un sello identificativo de la Guardia Civil, entre otras formalidades; mientras ultimo esos detalles, sin embargo, sirva esta declaración que uno de los autores del informe, por exhorto del Tribunal Supremo, tuvo que prestar ante el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 1 de Martorell, el 5 de enero de 2000:

[«Que se afirma y ratifica en el informe de fecha 7 de diciembre de 1998», empezó por declarar el autor del informe]. Lo que el fiscal está diciendo es que esta declaración no habría tenido razón de ser, puesto que no existiría ese informe (de fecha 7 de diciembre de 1998) por cuyo contenido fueron los autores citados a declarar por el Supremo. Pero sin cinismo ni relativismo. Una virtud hay que reconocerle al señor Mena: no se escurre con ligerezas posmodernas: él directamente sostiene negro sobre blanco que este segundo informe no existió, y que, de existir, no llegó a la Fiscalía.  Yo he demostrado que el informe existe, que el letrado de Mounib se lo reclamó por dos veces al ex Fiscal Jefe, y que éste, en su respuesta, pasó de largo sobre el objeto del requerimiento. Basta con leer los enlaces, dos párrafos más arriba. Llegado el día haré públicos también los hechos que prueban que ese informe llegó, antes de las navidades de 1998, a la Fiscalía del Tribunal Superior de Cataluña, calle Pau Claris 160, Barcelona.

Todo esto para decirles que la verdad se defiende sola, pero que no se propaga en el vacío. Una vez mostrada, el público tiene también su responsabilidad en defenderla.

***

Hay otro olvido memorable en la entrevista. El señor Mena no recordaba la respuesta escrita que envió a Manuel Borraz, el ciudadano que meses antes le había solicitado  que analizara unas muestras del caso de Cornellà que podrían arrojar, de existir esas muestras todavía, resultados concluyentes sobre dichas violaciones. Quizá, vino a decir, fue otro el fiscal que respondió:

 

Pregunta: En una respuesta a un ciudadano, el 27 de julio de 2006, que solicitaba la posibilidad de que usted ordenara el análisis de unas muestras de Cornellà distintas de las que ya se había ordenado analizar en el 96; en su respuesta, afirmaba usted que no era competencia del Ministerio Fiscal esta diligencia que solicitaba el ciudadano y me pregunto… 

J.M. Mena: Yo no recuerdo eso…

Pregunta: ¿No lo recuerda?

J.M. Mena: No recuerdo nada en absoluto de lo que me dice.

Pregunta: Vamos, pues no sé hasta qué punto…

J.M. Mena: No. Un ciudadano que pedía que hiciéramos unas pruebas ¿de qué?

Pregunta: De unas muestras de la ropa del caso de Cornellà.

J.M. Mena: No lo recuerdo.

Pregunta: ¿No lo recuerda?

J.M. Mena: No.

Pregunta. Vale. Eee..Durante estos años

J.M. Mena: Pero me extraña mucho eso, eh.

Pregunta: No, pues están publicadas las cartas en Internet.

J.M. Mena: No, pero eso no quiere decir que sea cierto.

Pregunta: Hombre, si la carta no es falsa, es cierto, ¿no? Quiero decir, si la respuesta de la Fiscalía

J.M. Mena: Pero es que yo no recuerdo que nadie me hubiera preguntado eso ni que yo hubiera contestado eso. Quiero decir que la Fiscalía es muy grande. Cuando yo me fui había 210 fiscales.

Pregunta: O sea, ¿que puede haber contestado un subordinado?

J.M. Mena: Claro, puede haber contestado el fiscal correspondiente de, de Cornellà, tranquilamente, puede haber dicho que se lo digan al juez, que no es cosa suya. Porque, claro, pienso yo, en el supuesto de que ello haya sido así, que la petición de la reapertura de las diligencias, el fiscal ha podido estimar que es una competencia del juez. O en su caso, del tribunal que acordó el archivo definitivo de la causa por cumplimiento de la pena y todo esto. Hay muchísimas posibilidades técnicas pero, de verdad, que…, igual lo dije y lo he olvidado, porque estamos en el 2008, y claro esto, como luego han hablado mucho los medios y tal, pues parece que era el único asunto, pero desdichadamente este era un asunto más, y de una complicación técnica muy escasa. Por lo tanto, luego con la historia de los medios de comunicación y tal, lo he recordado, pero incluso, yo sobre todo recuerdo los recuerdos, más que el asunto. Porque claro, estoy en una nebulosa y me excuso siempre que puedo de hablar de este asunto, porque no vaya yo a equivocarme. Ahora mismo me plantea esto y me deja perplejo. Me extrañaría mucho haber olvidado eso, pero si lo he olvidado, pues lo lamento mucho. La verdad.

Manuel Borraz tardó menos de 24 horas en enviarme la prueba de que su corresponsal fue siempre el señor Mena, y no ningún subordinado. Había comparado las firmas de las respuestas con la solicitud de indulto, ésta sí firmada sin ningún género de duda por José María Mena el 30 de abril de 1999:

El ex Fiscal Jefe Mena pretende, en falso, que dos verdades sumen una mentira absoluta

Esta mañana he hablado con el ex Fiscal Jefe de Cataluña, José María Mena. Ha llegado puntual a la terraza del Why Not: mesas y sillas de aluminio bajo el paraguas de un hermoso y enorme árbol. Un seto resguarda la esquinada terraza por un lado y un muro modernista con la cresta ondulada por el otro. Tengo que volver a preguntar el nombre del árbol y fijarme en la puerta que sostiene el muro, que digo yo que será de Gaudí. «Tengo para usted media hora», me ha dicho nada más sentarse.

La entrevista ha durado 35 minutos. En los últimos cinco, Mena se ha empeñado en negar una evidencia que todo el mundo conoce: que tras la revisión de la causa de Olesa, el Equipo de Policía Judicial de Martorell redactó un segundo informe, centrado éste en el coche con el que se habían cometido las violaciones de Cornellà, La Secuita y La Bisbal del Penedès, y que siguió siendo utilizado cuando los dos marroquíes condenados estaban ya en la cárcel. Ha negado también, y esto ya sólo se ha hecho público aquí, que la Fiscalía nunca trasladó ese informe a las defensas. Yo tengo una comunicación escrita (carta, digo en la entrevista, ¡oh, pobre coloquial!) de uno de los letrados reclamándole ese informe. Que conste, de momento, que ambos hechos son verdad, por mucho que esta mañana el señor Mena haya pretendido lo contrario . El informe y la «carta» no los he traído conmigo a Barcelona, pero los colgaré aquí el lunes que viene.

Ésta es la transcripción de los últimos minutos de la charla con el ex Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena.

Preguntas: Este segundo informe de la Guardia Civil. Las defensas siempre se han quejado de que usted no se lo facilitó a ellas.¿En función de…

José María Mena: ¿Que no facilité yo…?

 P: El segundo informe de la Guardia Civil.

 J. M. Mena: Eso es una tontería. Eso demuestra, una vez más, la insuficiente buena fe de las defensas.

 P: ¿Por?

 J.M. Mena: Pues porque eso es una tontería. Porque yo no soy titular de ningún informe. El fiscal en ningún caso tiene un informe de la Guardia Civil que pueda dar o no dar a la defensa. Los informes están en la causa.

 P: No, no. Pero el informe este es del año 98, después de que se ha revisado la causa de Olesa….

 JM Mena: No. En ningún caso el Fiscal dispone de informes de Guardia Civil que no estén idénticamente en manos de la defensa. En ningún caso. No hay ningún informe de la Guardia Civil

 P: Cuando la causa está cerrada.

 JM Mena: Entonces el Fiscal no tiene informes.

 P: Un nuevo informe que hace, que eleva a la…

 JM Mena: En absoluto.

 P: Aunque ese informe exista y se haya elevado.

 JM Mena: No, ¿a quién?

 P: A la Fiscalía.

 JM Mena: No, no, no. En absoluto. Eso es una mentira absoluta.

 P: ¿Es mentira que la Guardia Civil le elevó un segundo informe?

 JM Mena: Mentira. Es mentira. Lo elevaría al tribunal. Lo elevaría al tribunal

 P: Y…

 JM Mena: No, no. Eso lo niego en redondo, ¡eh! En ningún caso el Fiscal en un asunto tiene un informe en régimen de, de secreto, salvo en las actuaciones previas a la incoación del sumario. Con la obligación, en todo caso, de incorporarlo al sumario. El Fiscal no puede en ningún caso guardarse un informe sin que lo conozcan las partes en un proceso. Y lo niego en redondo que yo dispusiera en ningún caso de un informe y no lo pasara a las defensas. Lo niego radicalmente. Lo que tiene usted que tener es la percepción de que las defensas, por ser defensas, no necesariamente le dicen a usted toda la verdad, ni que todo lo que le dicen sea verdad.

 P: No, a mí no me lo ha dicho la defensa. Yo tengo el informe y está dirigido a la Fiscalía. Y en el recurso de revisión de las defensas hacen constar que este informe, basado en un atestado…

 JM Mena: Pero esto se incorporaría a la causa.

 P: No, porque es un informe que, en su criterio, no dio orígen a ninguna actuación.

 JM Mena: No lo creo ni por un momento.

 P: Bueno, pues…

 JM Mena: No lo creo ni por un momento que yo dispusiera de un informe y además, niego radicalmente, que yo tuviera un informe que no pasara a las defensas. Que no le diera trámite.

 P: Pues hay una carta de uno de los letrados, que le dirige a usted, meses después de que el haya sabido que usted ha recibido ese informe, y que nunca ha recibido respuesta. Y esa carta consta.

 JM Mena: No, pero yo no me carteo con los letrados. Eso sí que…Ves, igual que le digo una cosa le digo la otra: Yo no me carteo con los letrados. O sea, las cartas no es un sistema procesal de comunicación.

 P: Ni siquiera cuando se ha juzgado la causa.

 JM Mena: Nada, nada. La carta no es un modo de comunicación. Una comunicación se hace una petición formal dentro de un trámiteee, del que corresponda.

 P: Vale. Puessss, no tengo más preguntas.

Carta desde Ibiza

Entre los papeles que Ahmed Tommouhi me dejó fotocopiar ayer, esta carta que un ciudadano le había enviado a la cárcel, el 20 de agosto de 2005, desde Ibiza.

Garabateos

Falsos testigos del porvenir. La palaba que va a misa y el mundo que no se confiesa. Justicia poética. La nueva justicia. La prosa revelada y el negativo. El verbo sin carne. El dobladillo de las togas. La dialéctica efectista. Una década entre comillas. Una época entre comillas. La Gran Inversión. Mentiras repetidas. Condena. Un reportaje abierto sobre un caso cerrado. La justicia olímpica. El semen y el tintero. La sangre y el tintero. El indulto de Damocles. La nueva justicia y el viejo mundo. Condenados por la cara. La incoherencia del mundo. Simulacro cruel. Presuntos culpables. El dobladillo de la justicia poética. El teatro de la justicia.

 

Instrucciones para entrevistar al ex Fiscal Jefe

Tres años y dos meses después, voy a entrevistar al ex Fiscal Jefe de Cataluña, José María Mena. Él encargó hace ya doce años que se analizaran las muestras de varias de las violaciones de 1991 y luego, una vez que el resultado del único análisis concluyente demostró que Tommouhi y Mounib eran inocentes, presentó el recurso de revisión por la causa de Olesa. El 30 de abril de 1999, tras considerar que no había otra salida legal al asunto, solicitó el indulto para los dos marroquíes por las otras condenas que seguían vigentes.  El pasado 1 de julio compareció en el Parlamento de Cataluña para hablar del caso de Ahmed Tommouhi y el otro, sin saber que el Gobierno había denegado, nueve años después, el indulto. Su nombre aparece en este blog casi tantas veces como el de Margarita Robles, aunque él no tiene carpeta. Está jubilado, pero no retirado del todo. Preside una comisión de expertos para el estudio de la reincidencia de los delincuentes sexuales. Ahora me brinda una entrevista sobre el asunto: «estaré encantado de atenderle», me dijo el jueves por teléfono.

La entrevista iba a ser hoy, pero no ha podido posponer la reunión que tenía prevista. Al final será el miércoles por la mañana. Ayer, pensando en ella, anoté estas líneas a seguir, antes de ordenarme las preguntas:

0.-Graba el audio.

1.-Hay que empezar por lo más actual, para ir luego remontándonos en el tiempo. Eso ayuda, por un lado, a la memoria: mi impresión es que los entrevistados van recordando mejor según van introduciéndose en el tema, así que conviene que las primeras preguntas se refieran a lo que tienen más fresco.

2.-No dejar un sólo dato sin concretar. Algunas preguntas se refieren expresamente a un comunicado, a una declaración, etc…, que hay que precisar detalladamente. Así por ejemplo: El 27 de julio de 2006, en una respuesta escrita a un ciudadano que había solicitado la práctica de diligencias  para fundamentar el recurso de revisión –en concreto el análisis de unas muestras de la causa de Cornellà, distintas, dicho sea de paso, a las del informe pericial que la sala había desestimado en su día–, usted sostuvo que eso no era «competencia del Ministerio Fiscal». ¿Cómo se sostiene esa afirmación contra el hecho de que usted mismo ya había ordenado en una ocasión, y para este mismo caso, diligencias como las que el ciudadano solicitaba?

3.-No interesan las opiniones del Fiscal sobre nada que no sea estrictamente el papel de la Fiscalía en el procedimiento penal, y en este caso en particular. Lo que menos me interesa de todo es si al Fiscal este caso le parece especialmente trágico o no.

4.-Las preguntas deben ser claras, también respecto de su fundamento práctico. Quiero decir que cuando le preguntemos por qué después del segundo informe de la Guardia Civil, que el fiscal consideró insuficiente para instar un  nuevo recurso de revisión, no solicitó otras diligencias del tipo: a) citar a testigos que nunca fueron llamados a declarar y que fueron nombrados por Ahmed Tommouhi como coartada; b) por qué no se investigó la relación de ese Renault 5 con violaciones idénticas cometidas cuando los dos marroquíes estaban ya en la cárcel; cuando formulemos esas preguntas, digo, debe quedar claro: a) que sabemos que esos testigos existen y a cuáles en particular nos referimos; y b) que sabemos que esas violaciones posteriores existieron, así como las circunstancias particulares en las que se cometieron.

5.-Las preguntas no siempre tienen que ser farragosas, detalladas y frontales. A veces se puede guardar silencio y preguntar: «¿A qué se refería cuando en septiembre de 1999 declaró que «estaba siguiendo este caso al milímetro»?»

Por cierto, si tienen alguna sugerencia o pregunta que deba plantearse no se corten: soy todo oídos.

— — 1951

Ahmed Tommouhi, cada tanto, tiene que pasar a ver a la asistenta social. Es una de las condiciones de su libertad condicional.  Andando a la oficina, que está en el primer piso de un edificio de la Ronda de Sant Pere, a medio camino entre el Arco del Triunfo y la Plaza Urquinaona, me comentaba esta mañana que no íbamos a tardar mucho: «qué cómo estás, bien, estás bien, sí, todo, sí, todo bien, y nos vamos…». Ésa era la conversación que esperaba tener con Rosa. Pero Rosa no estaba.

 «A partir de ahora, la Rosa estará los miércoles», le han dicho. Una compañera le ha sellado la casilla de hoy y ha introducido los datos en el ordenador: Ahmed Tommouch, 09-Octubre-08: 10:52. Luego, sentados en una terraza, le he preguntado por el día de su nacimiento. Yo tenía entendido que él no sabía el día en que nació, porque no constaba en ningún sitio. Él mismo me lo había dicho. Pero no hace mucho encontré en algún folio del expediente que había nacido un día de junio de 1951, y por eso le he vuelto a preguntar:

–Eso lo ponen ellos de su cabeza. Lo ponen cuando me meten dentro [de la cárcel]: fuera yo no tengo ni un papel donde ponga mi fecha: no tenemos nada de fecha ni nada. Sólo el año: 51.

Su hermano Omar tampoco lo sabe. En lugar del día y el mes, dos discretos guiones. No es la primera vez que hablábamos, ya digo, y no nunca le había preguntado por qué.

–Y no me preguntas por qué, me ha dicho él.

–Pues, sí: ¿por qué?

–¿Quién estaba mandando sobre nosotros cuando nací yo?

No tengo excusa porque ya había desayunado y estaba despierto. Tic, tac, tic, tac. Antes de que metiera la pata –yo estaba pensando en Hassan II, pobre despistado–, él mismo se ha respondido:

–¡Franco! Por eso no tenemos ni libro de familia ni fecha ni nada. Los hijos de funcionarios, de soldados, de hombres que trabajaban en la mina para ellos, todos tienen fechas. Los pobres como mi padre no. No apuntaban nada. Sólo en la cabeza: 51. Donde mandaba Francia, tienen libro de familia, documentación, todo. Donde mandaba Franco, en el Rif, nada. Ni carreteras, ni escuelas, nada. Donde Francia, todos estudiaban en la escuela. Nosotros sólo el corán, la mezquita y nada más. Tampoco teníamos cartilla para el arroz, nada. Luego, cuando entró Mohamed V, el padre de Hassan II, empezó a hacer libros de familia, documentación, todo.  Preguntando.

 NdT: Ahmed Tommouhi, que sigue siendo Tommouch para la administración de Justicia, emplea el presente también para referirse, como en este caso, al pasado simple.

Carta abierta al gabinete de prensa del TSJC

Tarde o temprano acaba uno llamando a la puerta de un gabinete de prensa. Mariona P. Q. es redactora en el del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Esta mañana he pasado a verla y hemos acordado que le ponía por escrito la relación de entrevistados y los motivos por los que me interesan. Este es el mensaje que acabo de enviarle.

Estimada Mariona:

Según lo acordado esta mañana, paso a comentarle los motivos y las personas que centran mi interés:

I.- El libro del que le he hablado será publicado por Seix Barral a principios de 2009. En él, además de los argumentos y los relatos fácticos de las sentencias (todas declaran probados hechos que luego se han revelado falsos), aparecen citados con nombre y apellidos los magistrados que formaban los tribunales de la Audiencia Provincial de Barcelona que condenaron a Ahmed Tommouhi y Abderrazak Mounib entre los años 1991 y 1994. Para que los magistrados que quisieran dar su versión de los hechos puedan hacerlo, es mi deber solicitarle las siguientes entrevistas (cito por las secciones a las que pertenecían en aquellos años):

Sección 5ª:

          D. Modesto Ariñez Lázaro

          Dª. Elena Guindulain Oliveras

          Dª. Nuria Zamora Pérez

 Sección 9ª:

          D. Felipe Soler Ferrer

 Sección 6ª:

          D. Antonio Perea Vallano

    Dª. María José Feliu Morell
    Dª María Pilar de Prada Bengoa

II.-D. Ahmed Tommouhi presentó un escrito el pasado 7 de Febrero de 2008, en las citadas secciones. Reclamaba un testimonio de su expediente judicial que obra en los archivos de cada una de las secretarías. A día de hoy, el señor Tommouhi sigue sin recibir respuesta de la Sección 9ª. Me interesaría conocer, y más cuando en otros secciones la respuesta no sólo fue pronta y positiva, si no diligente en la entrega de esa copia del expediente, los motivos por los que la Sección 9ª guarda este silencio de ocho meses.

III. Con el magistrado D. Gerard Thomàs Andreu, de esa misma sección novena, ya hablé en una ocasión, aunque fugazmente, en los pasillos de la Audiencia. Quizá lo haya olvidado. Le agradecería en todo caso que le haga saber que las notas de aquella conversación están publicadas en el blog que sobre esta investigación mantengo en Internet desde hace un año (www.ladoblehelice.com). En concreto, las encontrará en la entrada del jueves 6 de marzo de 2008, bajo el título «La convicción y la certeza y el punto de vista«. Todo ello por si quisiera añadir, rectificar o corregir sus manifestaciones en algún sentido.

IV. Por último, comunicarle que según acostumbro, este mensaje también está publicado en el citado blog.

Sin más, reciba mi agradecimiento por adelantado.

B.G.J.

Bliki (happy birthday)

El periodista norteamericano Jeff Jarvis publicó una entrada el pasado 30 de septiembre en su blog defendiendo que «el artículo ya no es la unidad básica del periodismo«. Conviene puntualizar qué quiere decir aquí ‘artículo’: una pieza cerrada –ya sea noticia, reportaje, crónica, etc..– que permite al lector que acaba de aterrizar y que va a comprar el periódico al quiosco enterarse de lo último y lo más importante de un tema. El problema surge cuando hay que encarar una historia compleja que exige además un seguimiento. Es entonces cuando el lector diario —los periódicos se escriben pensando en el recién llegado–se encuentra con que «hay demasiada repetición». «Y demasiada poca explicación. Los conocimientos no son acumulativos». 

Jarvis sostiene que esa unidad básica nueva debería ser, precisamente, el tema (el topic). Arcadi Espada, que traía ayer la noticia de este manifiesto, advertía de que nada solucionan los «dossiers», esos especiales que enlazan una relación de artículos dedicados a un tema relevante.  Y citaba el párrafo más importante de Jarvis:

«En vez de eso quiero una página, un sitio, una cosa que es creada, actualizada, editada y discutida. Un blog que trata un tema como un proceso en curso y acumulativo de aprendizaje e indagación, de preguntas y respuestas. También es un wiki que guarda un pantallazo del saber más actual y su background. Es un agregador, que proporciona glosas de links a los expertos, y cobertura, opinión, perspectiva y material. Es un debate en el que no sólo se parlotea, sino que se propone un objetivo (una extensión de un artículo como éste que pregunta qué opciones existen para salvar un rescate financiero). Colaborativo, distribuido y abierto, pero organizado.

[…]

Es esta la forma de cubrir las noticias, y la vida.»

Este mes, Ladoblehélice cumple un año poniendo en práctica esta novedosa y reciente apuesta teórica de Jarvis. Este blog practica este report in progress precisamente porque después de varios fracasos (I, II, y III) me convencí de que esta historia no podía contarse de otra manera. Jarvis, según se lee en la traducción de Verónica Puertollano, ha escrito que no sabría cómo llamarlo hasta que no lo haya visto:

«No es un artículo, una noticia, una sección, una oficina, un periódico o un programa. Tenemos que usar las nuevas herramientas que tenemos a nuestra disposición, y crear nuevas estructuras para cubrir las noticias e informarnos unos a otros. Como dije en el post anterior, las viejas estructuras se están derrumbando y las nuevas serán construidas en su lugar. Necesitamos crear algo nuevo ya. ¿Cómo lo llamamos? No lo sé. La tabla de tópicos. El bliki reportero (ay). El cerebro de noticias. Sabremos cómo llamarlo cuando lo veamos.»

La culpa es mía por no escribir este blog en inglés. La asumo y haré lo que pueda para expiarla, aunque sin arrepentimiento: «reportaje abierto» me sigue pareciendo una traducción conveniente, si es que en algún caso pueden convenir los caprichos provincianos. 

Pero que este blog vaya pegado al libro que estoy escribiendo no desmiente su originalidad estrictamente periodística: no hay hecho ni noticia judicial más inquietante que el caso Mounib-Tommouhi. (Hace tiempo, además, que di en otro tema que encajaría perfectamente en este mismo método; lo que no sé es si podrán encajarlo mis fuerzas). Tampoco prueba nada en su contra que los tres periódicos nacionales –ya sólo la expresión devuelve un eco de viejo edificio monumental y mal ventilado– a los que se les ofreció este proyecto deshecharan acogerlo en sus digitales (bueno la verdad es que los dos más importantes ni siquiera se dieron por aludidos y el tercero dijo que sí, pero ¡que no habían previsto pagar a los blogueros!). Eso lo único que prueba, una vez más, es que Ferlosio algo sabe del asunto: «Sólo aquella que corre gravísimo peligro de pasar inadvertida es una verdadera novedad.»
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AVISO PARA NAVEGANTES: Si todo va según lo previsto y llego hoy a Barcelona, a partir de mañana volveré a publicar aquí diariamente, para contar las últimas visitas y entrevistas.